Kanye West lo bautizó como el “diseñador número uno” y sus siluetas cautivaron a figuras de la alta costura. Hoy vuelve con “NMD”, la línea que busca unir el pasado y presente de Adidas. Guillermo Tupper.
(Artículo publicado en el Cuerpo Vidactual de El Mercurio. Enero del 2016)
En 1999, Nic Galway llegó a Adidas como un virtual desconocido en el mundo de la moda y el calzado. Tras estudiar diseño automotriz—y trabajar durante varios años en un equipo multidisciplinario de diseñadores de productos en Gran Bretaña—, decidió cambiar de rubro y reinventarse en la línea sport. Impulsado por su anhelo de “hacer cosas”, Galway eligió el lugar y momento ideales: hace 16 años, Adidas era una firma enfocada solamente en la ropa deportiva, no tenía vestuario de moda y todavía no despuntaba con su división Originals, dedicada a zapatos, camisas, abrigos, bolsos y otros accesorios.
“Ese año diseñé mis primeras zapatillas, las vio Yohji Yamamoto —el influyente diseñador de moda japonés— y me preguntó si podía usarlas en su show”, recuerda Galway, desde Nueva York. “Yo no las había diseñado pensando en la pasarela. Y eso realmente abrió mis ojos. Cuando lo recuerdo, siempre me pregunto: ‘¿por qué le gustó lo primero que hice?’. Y creo que lo que le fascinó era que yo no estaba preocupado de la moda. Solo estaba pensando como un diseñador automotriz o de productos”.
Casi dos décadas después, la firma alemana se posicionó como un referente en el maridaje entre deporte y estilo. Y Galway escaló posiciones hasta convertirse en el Vicepresidente de Diseño Global de Adidas Originals. En vez de limitarse a recrear modelos exitosos del pasado, su sello fue crear un puente entre el lenguaje icónico de la marca y las capacidades de ingeniería actuales. Mal no le ha ido: en los últimos años, fue el artífice de varias de las zapatillas más populares del mercado, como las Y-3 Qasa, Tubular y las Yeezy Boost, estas últimas en colaboración con el rapero Kanye West.
En diciembre pasado, Galway y su equipo lanzaron su última creación: las “NMD”, una franquicia estrenada en un concurrido evento en la avenida Lexington de Nueva York. Concebida para caminar por la ciudad —no para correr ni jugar básquetbol—, estos sneakers tienen referencias de tres modelos emblemáticos de los 80, como las “Micropacer”, “Boston Super” y “Rising Star”. “Siempre estoy buscando historias de los zapatos del pasado”, reconoce su mentor. “Los 80 fueron una era de gran optimismo y marcas como Adidas y Apple creían que podían hacer cualquier cosa por medio de la innovación y la tecnología. Era una oportunidad perfecta para decir que, con las NMD, queremos crear el futuro hoy”.
De McCartney a West
En su proceso creativo, Galway prefiere llevar sus ideas a la práctica antes que perder tiempo en bosquejos. Cuando llegó a Adidas, tenía a su disposición aerografías, pinturas y pasteles, pero cada dibujo le tomaba cinco o seis horas. “Y pensé: ‘¿cuál es el punto? Nosotros no vendemos pinturas’”, señala. “A menudo me siento con materiales y hago prototipos rápidos. Nunca son perfectos, pero me informan sobre cómo puedo ocupar componentes como el cuero. Cuando haces cosas, tú partes con una idea en tu cabeza y luego te das cuenta de que eso no va a resultar. Pero eso mismo te lleva a otro lugar”.
A diferencia de otras colaboraciones engañosas —donde una zapatilla puede tener el nombre de un rostro, pero este último nunca participó en su confección—, Galway apuesta por alianzas genuinas. Su clave es buscar partners que tengan un punto de vista distinto y, sobre todo, que sean capaces de desafiarlos a él y su equipo. Esa premisa ha sido el motor de asociaciones creativas con figuras como Stella McCartney, Rick Owens y el propio Kanye West. “Las mejores colaboraciones son aquellas que no habrían sido posibles sin un trabajo conjunto”, señala. “Por ejemplo, cuando trabajé con Kanye, nosotros pudimos aportar el (sistema de amortiguación) Boost y las innovaciones más recientes y él trajo sus conexiones culturales. Y, cuando pones todo eso junto, puedes hacer algo realmente poderoso”.
—¿Qué aspectos de su trabajo en la industria automotriz aplicó en su cargo actual?
“Siempre he tomado referencias de distintos espacios. Por supuesto que hoy sigo lo que pasa en el mundo de las zapatillas, y también a los blogs, porque me gusta ver cómo las personas adaptan nuestros productos en sus vidas. Pero ese no es el lugar correcto para encontrar inspiración. Si tu inspiración viene de lo que ya está pasando, nunca vas a ser un pionero en nada. Trabajar en la industria automotriz me permitió descubrir a personas que están haciendo algo en un mercado diferente y ver cómo puedes llevar todo eso al calzado”.
Un calzado ideal para viajar
El concepto de las NMD nació durante los viajes en avión de Galway a distintas partes del mundo. “(Con mi equipo) hablamos mucho de que, cuando uno viaja, selecciona muy cuidadosamente las cosas que tienen significado”, dice. “Si vas a Nueva York, París o Tokio, y solo puedes llevar un par de zapatillas, necesitas una que se vea bien y se adapte bien. Y ahí es donde la innovación y los detalles clásicos vienen juntos”.
Con sus coloridos bloques que parecen sacados de un Lego, la NMD ya es un objeto preciado entre los sneaker freakers del mundo. Desde el 12 de diciembre se puede encontrar en las tiendas de Adidas de Alto Las Condes, Plaza Oeste, Costanera Center y Mall Plaza Vespucio y su valor es de $129.990.