En el vigésimo aniversario de la serie, tres integrantes de su staff reflexionan sobre el legado de la adolescente sarcástica de MTV. Guillermo Tupper.
(Artículo publicado en el Cuerpo Vidactual de El Mercurio. Junio de 2017)
A mediados de los 90, Susie Lewis trabajaba como coproductora de “Beavis & Butt-Head”, la popular serie animada de MTV protagonizada por dos adolescentes ineptos amantes del heavy metal. Una de sus misiones era seleccionar los videos musicales que aparecían en el programa. “Me encantaba mi trabajo en ‘Beavis…’, porque, la mayor parte del tiempo, tenía que ver con música”, dice. “Recuerdo haber reído histéricamente mientras grababa voces con Mike Judge (el creador de la serie). Pero no creo que hubiera visto la serie si no hubiese trabajado allí. Yo era una niña a la que le gustaba ver series de niñas”.
A pesar del alto rating de ‘Beavis…’, los ejecutivos de MTV sentían que la audiencia del programa estaba dominada por el segmento masculino. Fue entonces cuando Judy McGrath, la presidenta de la compañía, tuvo la idea de crear una serie de animación que conectara con las mujeres. Y su protagonista fue Daria Morgendorffer, una compañera de curso de Beavis y Butt-Head, que, de vez en cuando, aparecía como la contraparte intelectual del par de cretinos (ambos la apodaban “Diarrea”). “Yo estaba muy interesada en trabajar en un show que estuviese centrado en una mujer. Y, cuando me preguntaron si quería desarrollarlo, pegué un salto ante la oportunidad”, relata Lewis.
Para acompañarla en su rol de creadora de la serie, la compañía nominó a Glenn Eichler, un ex editor de la revista de humor estadounidense National Lampoon y que, por ese entonces, trabajaba como guionista de “Beavis…”. Ambos tenían una sensibilidad común que les permitió explorar sus propias experiencias del colegio y llevarlas a la ficción. Sin ir más lejos, la personalidad de Daria tenía varios puntos en común con Eichler. “Frecuentemente, digo cosas sarcásticas con una voz inexpresiva”, dice este último. “Y me hice conocido por señalar la hipocresía en el comportamiento de otras personas mientras que, convenientemente, paso por alto la mía”.
La chica miseria
Con un total de cinco temporadas —entre marzo de 1997 y enero del 2002— y dos películas para televisión sobre el final del ciclo, “Daria” se convirtió en uno de los shows más duraderos salidos del departamento de animación de MTV, superando a otros hitos como “Beavis…” y “Celebrity Deathmatch”. La serie giraba en torno a su heroína de anteojos gruesos y botas de combate, una adolescente que no tenía ningún interés en encajar con sus pares más convencionales. “Glenn y yo sentíamos que ella era una incomprendida y su forma de comunicarse debía reflejar eso”, dice Lewis. “De ahí viene su voz monótona o lo que algunos podrían definir como ‘falta de personalidad’. Pero sus palabras eran usadas sabiamente. Cuando hablaba, tenía mucho que decir”.
En la ciudad de Lawndale, Daria y Jane Lane, su amiga y fiel escudera, no solo denunciaban las hipocresías del mundo adulto, sino que eran la alternativa excéntrica en un escenario dominado por las chicas a la moda (como Quinn, su autorreferente hermana menor) y jugadores de fútbol americano (el pánfilo Kevin). Su inolvidable voz apática fue obra y gracia de Tracy Grandstaff, la única guionista mujer en el staff de la primera temporada de “Beavis…”. “‘Daria’ estaba tan bien escrita, que fue fácil canalizar mi emocionalmente distante, y socialmente torpe, espíritu de adolescente angustiada”, señala esta última. “Mis principales referencias para su voz fueron Darlene —el personaje de Sara Gilbert en la sitcom ‘Roseanne’— (la actriz y comediante) Janeane Garofalo, Cher y mi mamá”.
A pesar de ser una serie creada por adultos, “Daria” reflexionaba sobre varias de las problemáticas que experimentan los adolescentes en la vida real: entre ellas, las crisis de identidad, los vaivenes de la amistad, los conflictos con el cuerpo y la autoestima, la subversión de los estereotipos y la disyuntiva —muy propia de los 90— de venderse o no al sistema. “¿Si creo que Daria cambió el rol de las mujeres en series animadas? No acepto que ella haya hecho eso”, dice Eichler, quien hoy trabaja como libretista en “The Late Show con Stephen Colbert”. “No era una Juana de Arco por una cruzada. Ella era parte de un Zeitgeist por la igualdad… que todavía no se ha abierto paso completamente”.
Según Grandstaff, el mensaje de la serie es “particularmente relevante hoy”. Y cita como ejemplo “Arte y descarte” —el primer capítulo de la segunda temporada—, en el que Jane y Daria crean un póster para un concurso estatal de arte. Este es objetado por la maestra Li —la directora del colegio—, quien las obliga a bajar el tono del mismo, un poderoso y controversial mensaje sobre la bulimia. “Plasmaba la idea de cómo la sociedad y los medios glorifican la belleza y perpetúan una imagen aparentemente imposible que las niñas intentan emular”, dice. “Muchas de ellas experimentan sentimientos de odio a sí mismas debido a su apariencia y responden con un abuso autoinfligido. Fue un episodio valiente”.
El legado
En los últimos años, la huella de Daria es reconocible en distintas áreas de la cultura pop: desde su influencia en una nueva generación de comediantes y escritoras (Phoebe Robinson, Tavi Gevinson), hasta su reivindicación como ícono feminista. En enero pasado, Lewis recibió una fotografía tomada en la reciente “Marcha de la Mujer”, en Washington, en la que una adolescente sostiene una pancarta con el rostro de Daria acompañado de la leyenda “El futuro es femenino”. “La niña de la foto ni siquiera había nacido cuando el programa estaba en el aire”, dice. “Fue realmente especial comprobar que el personaje todavía genera un impacto. La audiencia la sigue descubriendo. Y aunque sea por cuenta de ellos o por la de sus padres, ella es un modelo positivo a seguir que aún vive”.
—¿Por qué el personaje marcó a tanta gente?
Eichler: “Pienso que, en algún momento de la secundaria, todo el mundo se siente alienado. Es parte de la experiencia de ser adolescente. Y también creo que a los televidentes les gustaba Daria, porque ellos deseaban decir lo que realmente pensaban de la forma en que ella lo hacía”.
Lewis: “Una mujer dijo que el show no seguía la ‘fórmula’ de las caricaturas, esa que dicta que ocurren pocos o ningún cambio. Por supuesto, eso era algo de lo que yo no era realmente consciente en esa época, pero puedo decir que el show fue absoluta y deliberadamente abordado como si ella (Daria) y su mundo fuesen 100% reales. Todo lo relacionado con ese programa era realista —incluso la forma en que era rodado y dirigido— y creo, genuinamente, en que esa es una gran parte del motivo por el que mucha gente conectó con la serie. Eso y el hecho de que la mayoría de la gente pasa por los mismos sentimientos tortuosos y emociones en el colegio. No creo que hubiese generado el mismo impacto si las historias y personajes no hubiesen evolucionado como lo hicieron. Tuvimos que verlos crecer, tal como todos lo hacemos. Se sentía real”.
Un futuro imaginario
En abril pasado, y como una forma de conmemorar el vigésimo aniversario de la serie, Susie Lewis y la dibujante Karen Disher fueron contactadas por la revista Entertainment Weekly, para reimaginar la vida de sus personajes principales en el 2017. ¿El resultado? Daria vive sola en Nueva York y es la única guionista mujer que trabaja en un late-show. Sus amigos Trent y Jane Lane siguen perseverando como artistas. Y Brittany y Kevin Thompson terminaron (como era obvio) casados.
—¿Les gustaría revivir la serie?
Lewis: “¡Sí, por favor!”.
Eichler: “No veo ninguna razón para traer de vuelta a Daria como adolescente. Creo que dijimos todo lo que podíamos decir acerca de esa etapa de la vida. Pero no me molestaría explorar cómo es ella como adulto”.
Cinco capítulos inolvidables
“La chica miseria” (Primera temporada)
Una vieja gloria del fútbol escolar, Tommy Sherman, aparece en la escuela para un acto en su honor. No le cae bien a nadie, en especial a Daria y Jane, por lo engreído que resulta ser. “Es mi episodio favorito de la serie”, dice Susie Lewis. “Era una guía completa para entender a Daria. Glenn escribió este episodio y, cuando lo leí, me sentí como ‘wow, él me conoce tan bien’”.
“La piel perforada” (Segunda temporada)
Lejos de ser un personaje sin fisuras, Daria también podía hacer cosas tontas por un chico que le gustaba. Como cuando se hizo un piercing en el ombligo para agradar a Trent, el volátil cantante del grupo Místika Espiral (sic).
“Amores tigres” (Cuarta temporada)
La amistad entre Jane y Daria corre peligro cuando esta última inicia una relación con Tom, el ex novio de la primera. Este triángulo amoroso marcó el desenlace de la serie y dividió a los seguidores. “Un porcentaje de la audiencia estaba en contra de Tom, pero pensé que era importante que Daria experimentara algunos episodios románticos altos y bajos, tal como lo hacen los estudiantes de secundaria”, dice Eichler.
“Gasificados” (Quinta temporada)
A pesar de que sus esfuerzos eran poco reconocidos, el carácter introvertido de Daria escondía un profundo espíritu comunitario. En este episodio, intenta salvar a su colegio del progresivo patrocinio corporativo de “Ultra Cola”, una bebida gaseosa que invade el establecimiento con su publicidad.
“¿Ya es hora de ir a la universidad?” (Segunda película)
En su despedida del colegio, Daria da un emotivo discurso: “Mi consejo es que defiendan con toda su alma aquello en lo que creen (…). Recuerden que, cuando el emperador parece que está desnudo, es que está desnudo. La verdad y la mentira no son la misma cosa. Y no hay aspecto, ni faceta ni momento de la vida que no se pueda mejorar con un trozo de pizza”.